El día se desarrolló con normalidad, con los nervios que preceden a una gran cita como es la marcha, y más si como este año las linternas se encendieron a las 11 de la noche, justo después de cenar. Emprendimos una apasionante camino por los montes leoneses, donde recorrimos una gran distancia hasta llegar al pueblo de Adrados, en el que un amable señor del pueblo nos prestó un amplio garaje en el que pudieron extender su saco y esterilla. Tras unas cuantas horas (no diremos cuantas por miedo a herir sensibilidades) llegamos al pueblo, a recalcar la valentía de los más pequeños que subieron sin ir en hombros de los monitores en ningún momento. En cuanto llegamos la mitad se quedaron dormidos de pié, y la mitad al minuto de meterse en el saco.
El día después
Que monxs durmiendo en el garaje! Que bien os lo estáis pasando! :)
ResponderEliminarQue buenxs bloguers, que nos tenéis informados de todo, así me gusta!
Quiero mas!! Os quiero amores!!