Restos de asteroides

Hoy nuestra nave ha entrado en una gran galaxia de asteroides. A las 12 de la mañana entramos en contacto con ellos, con la sorpresa de que en cada uno de ellos se encontraban nuestros familiares y amigos.

Para las 2 ya éramos una piña, y comíamos gochu espacial y solomillo de Marte junto con la espicha de cada planeta de origen. Tras visitar la "piscina espacial" y realizar alguna que otra maniobra de vuelo, superamos esta galaxia con éxito  tras la preciosa lluvia de estrellas fugaces, aunque no sin algún que otro contratiempo.



Julieta ha tenido un accidente, culpa de las tuberías de su nave y ha perdido conexión con el planeta, por lo que esta noche un anónimo viejo amigo firma esta crónica.

Ya no queda nada para irnos cada uno, con pesar, a nuestro planeta, y aquí en el planeta Boñar siguen pasando años estaciones y pasajeros, sin perder el espíritu que un día nos hizo partir, para algún día (no muy lejano) nunca regresar.

Que las estrellas cuiden los sueños de quien quiera que se los cuiden.