domingo, 19 de julio de 2015

EL DIENTE

 Ayer a nuestra extraterrestre Lucía, por fin, sí, por fin, se le cayó el diente. No me extraña. Con tanto meneíto estaba claro que no duraba más en su boca. Por la noche, mientras dormíamos, escuché un extraño ruido. Sigilósamente me levanté. Crucé los dedos y pedí un deseo. Que no fuera el extraño animalejo que me habían contado que en su planeta se lleva los dientes, pues cuentan que si te lo encuentras, te toca con sus antenas y te convierte en un chipiticolifreño. Cuando pregunté que era eso se pusieron todos muy serios, juntaron sus manos, y en su extraño idioma entonaron un raro cántico que consiguió ponernos a todos la piel de gallina, o tal vez de chipiticolifreño. Pero a pesar de no  saber en que podía acabar convertida decidí salir a investigar que producía ese ruido. Cuanta valentía!
Por suerte no era él. Era nuestro querido Ratoncito Pérez que venía a recoger su diente y dejarle un regalín.

Por aquí todo sigue muy bien. Estos invitados venidos de tan lejanas galaxias disfrutan cada segundo del día y me temo que más de uno no querrá volver a su morada habitual.
Se han adaptado de una manera asombrosa a las normas de este planeta y cogen la escoba con un remango que ya los quisiera yo para mi casa. 
También han demostrado ser muy hábiles con sus manos, y entre otras cosas han realizado unos muy bonitos imanes.
Ayer comenzó el campeonato de ping pong, el de rana y el de basket. Ya os contaré quienes llegamos a la final.  El buen tiempo sigue con nosotros y las ganas de pasarlo pipa no nos abandonan nunca. 
Saludos desde estos bonitos lugares.
Julieta

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