VIERNES.

Tras el remoloneo mañanero, con demasiadas caras largas, el cansancion se empieza a notar tras siete días en el campamento. Era el día de las olimpiadas, que tras varios juegos y piques entre l@s chic@s, se fueron a comer y tras un merecido descanso, nos fuimos a la piscina, con mucho sol, pero también mucho viento, que congeló a nuestros niños tras salir del agua. Camino del campamento, y tras una velada de preguntas de trivial, todos cojieron sus literas con más ganas de las normales, esperando el importante día del cluedo, y ansiosos por la llegada de sus famiares.