El fantasma del capitán Bocanegra existe, puedo dar fe de ello. Es más, soy testigo que sse ha modernizado y se está puesto en esto del ciberespacio. La crónica que os escribí anoche, acompañando las fotos, con gran esfuerzo, pues los párpados pesaban más de lo debido, tuve que sujetárrmelos con pinzas, desapareció… Sí, sí, desapareció, como lo oís. No le vale con robarnos chanclas, gorras, peluches, calcetines…. ahora resulta que se ha informatizado y me roba las crónicas. Pero juro por todos los rayos que surcan los mares que como lo pille por banda va a enterarse lo que vale un peine en la actualidad.
En breve tengo que irme a la pisci a llevar la merienda así que os dejo estas fotos de la superdivertida gymkana guarra a la que hemos jugado antes de comer. Hemos superado todas la pruebas y hemos acabado como gochines.
Que guay ha sido poder llenarnos de barro enteros, sentir el tomate y la mayonesa por nuestra cabeza, rodar como croquetas en los charcos`por los caminos que rodean el campamento….Qué felicidad!!!! Empaparnos con la manguera y tirarnos sobre la hierba seca y sucia de tierra… pero sobre todo, lo mejor de lo mejor ha sido no tener que aguantar a nuestros padres: "Cariño que te manchas no juegues con eso." "Hij@, deja la manguera que te mojas y no te tires al suelo que te ensucias la ropa," seguido de un largo etc… De verdad, no os podéis hacer una idea de lo pesados que pueden llegar a ser unos padres. Yo me pregunto, no se acuerdan cuando ellos fueron peques, o es que nacieron ya adultos. El compañerismo y la amistad está por encima de todo y nunca falta en este campamento.
Un saludo,
Julieta.
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